Ayer terminó la Feria de San Isidro con un corridón de Victorino y ahora es el momento de hacer balance. Personalmente, es el peor San Isidro que recuerdo. Este año todo lo importante ha pasado en Sevilla. Si en La Maestranza hubo varios toros de bandera y se cuajaron todos, en Madrid, aunque también ha habido toros buenos, no se han terminado de aprovechar. “Valentón”, de Garcigrande, fue el primer toro azuleado, de forma desmedida. También fueron premiados con la vuelta al ruedo en el arrastre “Cartelero”, de José Escolar, y “Contento”, de Santiago Domecq, bastante mejores estos dos que el de Justo Hernández. Además, ambos toros salieron en dos magníficas corridas, las mejores de la feria junto a la de Victorino, quien también echó un gran toro (“Director”). Un peldaño por debajo de esos toros hay que colocar a “Pocaprisas”, de Alcurrucén, “Rociero”, de Jandilla, “Cigarrón”, de El Puerto de San Lorenzo, y “Camillero”, de El Parralejo. Estos ocho toros forman el cuadro de honor de la feria. No obstante, aunque Alcurrucén echó ese gran toro, también envió otros once que no valieron para nada (y mal presentados), por lo que es una de las ganaderías que más ha decepcionado en esta feria, teniendo en cuenta su amplio historial de triunfos en Las Ventas. Algo parecido a lo del Puerto, incapaz de traer una corrida completa, a pesar de que no va a plazas como Pamplona. El Pilar, Adolfo Martín, Montalvo, El Torero, Victoriano del Río, Núñez del Cuvillo y La Quinta tampoco estuvieron a la altura. La lista, como ven, es larga. Sorprendió para bien, Juan Pedro Domecq, aunque tiempo tiene para estropearlo en la Beneficencia. Qué chapuza de la empresa (otra más) con esta corrida emblemática. Meten a Juan Pedro y Daniel Ruiz y la cambian de fecha para que pueda venir Castella. Todo después de tratar de contratar a Morante para salvar la taquilla (¿no es la corrida de los triunfadores?). El de La Puebla ha tenido el gran fracaso de la feria. Tres tardes y su paso por Madrid se resume en una serie de derechazos y una media. Ah, y en matar los toros en el caballo. Sobre todo, el último, al que no quiso ni ver. Es cierto que los otros no sirvieron. Tampoco le sirvieron a Urdiales y Aguado, dos toreros que ya van necesitando un nuevo triunfo. Manzanares ratificó su mal momento, Roca Rey no ha estado nada bien y Tomás Rufo tampoco, al írsele ese “Pocaprisas”. A Emilio de Justo le ha pesado mucho la feria y aún le queda la Beneficencia (ya que estaba anunciado en ella antes de la feria). Está más despegado que antes de la cogida, que aún le sigue pasando factura. Dos triunfadores del año pasado (Ángel Téllez y Francisco de Manuel) no han ratificado esos éxitos. Y de Daniel Luque esperaba mucho más, pero también lo vi retorciéndose para no ceñirse en la tarde de Alcurrucén y con la de Juan Pedro molesto por el viento. Y es que la meteorología ha sido también influyente, primero por el viento y luego por la lluvia.
En el lado opuesto, hay que destacar el gran San Isidro que ha echado Fernando Robleño, aunque sin tocar pelo por la espada. Por supuesto, al triunfador, Sebastián Castella, que hizo la mejor faena de la feria, aunque no ha habido una Puerta Grande que haya sido rotunda de verdad. La menos polémica, esta del francés. Otro que salió a hombros, aunque cortando una y una (a un toro de dos) es Fernando Adrián, la revelación de la feria, aunque ha habido otros jóvenes que han pedido paso como Leo Valadez, Francisco José Espada o Adrián de Torres. También cabe mencionar a dos toreros que, siendo jóvenes, tienen otro status, como son Román y, en especial, Ginés Marín. Paco Ureña, aunque más por el tremendismo que por el toreo que siempre esperamos de él, se ha reencontrado con “su plaza”. A medias se ha quedado Talavante, que ha mejorado mucho la imagen del año pasado, pero aún no está como antes de la retirada. Le esperamos en la Corrida de In Memoriam, en la que compartirá cartel con El Juli, que ha vuelto a mostrar su condición de máxima figura. Sin toros, pero qué bien ha estado. También ha estado bastante bien otro veterano: Miguel Ángel Perera.
Además, han brillado con luz propia los subalternos. Al contrario que los picadores (no hemos visto un buen tercio de varas en toda la feria), hay varios banderilleros que han destacado tanto con los garapullos como en la brega: una novedad, como es Juan Carlos Rey (novedad en Las Ventas, porque en la Copa Chenel ya ha demostrado el subalterno que es) y tres clásicos (Javier Ambel, Curro Javier y José Chacón, sobre todo estos dos últimos). Fernando Sánchez también puso un gran par.


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