Aunque Alejandro Peñaranda afirmaba que «más que para ganar el certamen voy a Madrid a entregarme y a dejar una buena impresión e intentar abrir la puerta grande«, no pudo salir a hombros, pero sí llevarse el certamen. Tampoco habría pasado nada si se hubiese quedado desierto, porque la novillada de Fermín Bohórquez no dio apenas juego y se pudo ver poquito contenido, pero como el ganador entra directamente en la Feria de Otoño y había que poner a alguien, la designación de Alejandro Peñaranda es más que justa. Además, ha sido el que mejor ha toreado a lo largo del certamen: el 20 de julio dejó los mejores muletazos de las nocturnas. Hoy, con un lote sin fuerza, ha vuelto a demostrar su facilidad para correr la mano y llevar al novillo hasta donde este se lo permite.
Se protestó mucho al primero de su lote y pudo haber sido devuelto. Perdió las manos en repetidas ocasiones. Sin embargo, la faena de Peñaranda tuvo la gran virtud de mantenerlo en pie dejando, a su vez, muletazos largos. De nota fue el epílogo a dos manos, primero con ayudados por alto barriendo el lomo del novillo y rematando con un muletazo por bajo en el que vació la embestida por debajo de la pala del pitón francamente bueno. Aquí hay torero, pero debe mejorar mucho con la espada, con la que pegó un sainete.
Tampoco estaba sobrado el reseñado como sexto, que se lidió en quinto lugar por la cogida de Parejo. A pesar de que no tenía mucho recorrido, porque no podía más, Alejandro Peñaranda se impuso y le sacó todo lo que tenía. Terminó la faena por arlesianas. Esta vez mató a la primera, aunque con una estocada trasera y algo tendida.
Christian Parejo solo pudo matar a un novillo, ya que al realizar la suerte suprema fue cogido. Había dejado algún detalle y un toreo vertical, pero la faena no cogió vuelo.
Jorge Molina tuvo que lidiar a tres novillos. El primero fue el más encastado y, por lo tanto, el de mayor transmisión del sexteto. Molestó mucho el viento y Molina tragó en dos series con mucha verdad en el inicio de la faena. Después, esta tomó el derrotero del tremendismo: hubo dos feas cogidas, la segunda en unas manoletinas de infarto.
Sin duda, esa actuación del abreplaza fue la más destacada de Molina, que no se terminó de acoplar con el segundo de su lote, con el que anduvo con alguna duda, aunque la faena fue a más.
Tampoco pudo brillar con el acapachado último, al que mató con una estocada contraria.
Plaza de toros de Las Ventas (9283 espectadores). Final del Certamen «Cénate Las Ventas». Novillos de Fermín Bohórquez, bien presentados, pero justitos de fuerzas (sobre todo, el tercero) y descastados, salvo el primero.
– Jorge Molina (de azul marino y oro): ovación tras dos avisos, ovación con algunas protestas y silencio.
– Christian Parejo (de grana y oro): palmas (herido).
– Alejandro Peñaranda (de grana y oro): silencio tras dos avisos y ovación tras aviso.
ALEJANDRO PEÑARANDA SE PROCLAMA GANADOR DEL CERTAMEN «CÉNATE LAS VENTAS»
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