El Alfarero de Oro (la mejor feria de novilladas) es el escaparate perfecto para evaluar el nivel de los novilleros. Hoy ha habido tres novilleros que han mostrado tantas ganas como buen concepto, aunque en el caso de Bruno Aloi se le vio algo más verde. La tarde estuvo muy condicionada por el genio y la mansedumbre de los ibanes, y esto es noticia, pues es una de las ganaderías con mayor regularidad del momento.
Sin duda, la tarde se la llevó Alejandro Chicharro, que tampoco es que tenga mucha experiencia, ya que cambió de escalafón esta temporada, pero su toreo tiene verdad y arrasa por donde va. Hay novillero. Su primer novillo fue un negro salpicado que no quiso nada por arriba. Soltaba un feo gañafón en cada pase de pecho y ahí sí que se vio que a Chicharro aún le faltan recursos: trincheras, molinetes, cambios de mano… Se jugó la cornada con tanto pase por alto. No obstante, su toreo tuvo mucha verdad, pasándose al novillo cerca y presentando la muleta muy plana.

Lo mejor llegó en el quinto, un lucero que se fue agriando conforme iba transcurriendo la lidia. El novillero de Colmenar Viejo se puso en el centro del ruedo sagreño y dejó la montera sobre sus atornillados pies. Citó al natural y remató detrás de la cadera, exponiendo mucho. Cada vez las miradas a la taleguilla eran mayores y las coladas también. En una arrucina a punto estuvo de ser cogido. Fue un aviso del volteretón que llegaría poco después, con una fea caída y el de Ibán haciendo por Chicharro en el albero. Alejandro se levantó algo conmocionado para dejar una vibrante serie de derechazos. Una gran estocada arriba hasta la bola le permitió cortar dos orejas excesivas.

Bruno Aloi tuvo el novillo de mejores hechuras de la tarde. Además, venía de una reata importante (“Camarito”) y en los primeros compases sus embestidas invitaron al optimismo, más enclasadas que las de los dos novillos que hasta el momento habían saltado al ruedo. Tomó dos varas con una buena pelea en la primera, mucho más medida por el del castoreño que la segunda. Bruno cogió rápido la mano izquierda a sabiendas de que era el mejor pitón, pero no se terminó de acoplar. Por la derecha se vio que no iba igual, aunque, después, al natural de nuevo, el novillo ya no respondió igual. Se apagó pronto. Aloi se justificó con unas manoletinas de rodillas y varios derechazos igualmente de hinojos, que fueron todo un alarde de valor.

Bruno toreó mucho más relajado al sexto. Desmayado, en varias series de derechazos de influencia de Joselito. Sobraron los circulares finales, pero esta vez hubo mucho más toreo. Se llevó el mejor lote. En este caso, el novillo de Ibán claramente venía de la parte de Pedraza de Yeltes, tanto por pelaje como por su alzada.

Seguramente, no era el único que, al menos, tenía parte del cruce con Pedraza de Yeltes. El lote de Sergio Rodríguez también venía con esas hechuras. Al colorado primero (muy Raboso) le colocó dos grandes pares Juan Carlos Rey, todo un seguro con las banderillas. Se desmonteró como es costumbre cada tarde que actúa. Vimos dos quites: las gaoneras de Chicharro y la respuesta de Rodríguez por chicuelinas muy personales (sobre todo la primera) y una media en la que el novillo apuntó que se quedaba corto, exactamente igual que había ocurrido en la media verónica del saludo capotero. Sergio comenzó de rodillas tragando una barbaridad, porque al novillo le costaba un mundo pasar. Fue complicado hacer algo con tan poquito material, pero ahí quedó la actitud firme del que era uno de los candidatos a llevarse el Alfarero, pero que no lo ganará porque tuvo un lote imposible.

El cuarto tenía la seriedad de los rizos en la testuz. Fue muy abanto y pareció lesionarse la mano izquierda en la primera serie. Ahí ya se rajó. Aun así, el abulense le pudo robar una serie de derechazos dejando la muleta siempre en la cara del animal.

Plaza de toros de Villaseca de La Sagra (dos tercios de plaza). Novillos de Baltasar Ibán, bien presentados, pero mansos y con genio. Algunos acabaron rajados.
- Sergio Rodríguez (de azul pavo y oro): ovación en ambos.
- Alejandro Chicharro (de sangre de toro y oro): ovación y dos orejas con protestas.
- Bruno Aloi (de rosa y oro): ovación y ovación tras petición.


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