Fernando Adrián se ha convertido en el primer nombre propio de la feria de Valladolid al salir en volandas del coso pucelano. Lo hizo con una notable corrida de Antonio Bañuelos, tanto por presentación como por juego, en la que sobresalió el tercer toro, lidiado precisamente por Fernando Adrián. Perera estuvo digno y Joselito Adame, ventajista.

El tercero fue un toro serio de Bañuelos, pero abrochado, como les gusta a los toreros. Ideal para todos, con hechuras de embestir. Salió con pies y Fernando Adrián le saludó con dos faroles de rodillas.
El astado rápido mostró su prontitud, de ahí que tomase un puyazo al relance.
Adrián empezó por estatuarios (en esta ocasión, sin embargo, el toro tardó en arrancarse porque estaba pendiente del burladero) y un cambiado por la espalda con la izquierda que conectó con el público vallisoletano.
Quizás, el toro habría lucido aún más en los medios, pero Fernando Adrián apostó por hacerle faena en el tercio y, ahí, le robó meritorias series por ambos pitones. Ceñidas y encajadas. El final en las cercanías con circulares calentó aún más al respetable, pero marró con la espada.

Le cortó dos orejas (algo excesivas) al sexto, tras una faena marca de la casa. Comenzó de rodillas en los medios con el péndulo para acto seguido torear en redondo. Es un torero que liga muy bien los pases y eso transmite al tendido, que siempre estuvo con él. De nuevo terminó en la distancia corta, con cambios por la espalda y otro circular, este con la izquierda. Antes de matar realizó unas bernadinas. La estocada cayó tendida y trasera, pero, ante la petición popular, el presidente concedió dos generosas orejas.

Perera lidió al que abrió plaza, al que quitó por chicuelinas y tafalleras. Después, inició la faena con el cambio por la espalda de rodillas en los medios. A pesar de la excelente lidia que le había dado su fabulosa cuadrilla, el toro estaba justito, por lo que Miguel Ángel no lo obligó. Al menos, al principio lo llevó a media altura. Finalmente le obligó algo más y ligó un pase tras otro con mucho temple antes de cerrar su obra por manoletinas. Mató mal y perdió la oreja (o las orejas).

A la verónica saludó al quinto antes de realizar el quite por chicuelinas abrochadas con la media. Sensacional anduvo Ambel en la lidia y Curro Javier con los garapullos. El pacense brindó al público y empezó con pases por alto atornillado en las líneas de cal, aproximadamente. De nuevo, faena ligada de Perera, pero con muchos más enganchones, fruto de los feos derrotes que tiraba el de Bañuelos en los pases por alto.
Aunque Daniel Luque no pudo actuar por su lesión, sí que estuvieron presentes sus luquecinas, interpretadas por Perera. Cortó una oreja.

Joselito Adame no estuvo al nivel de sus compañeros. Nos quiso dar gato por liebre al ligar las series y vendiendo las suertes, pero siempre citando con el pico, retransando la pierna de salida y despidiendo el toro hacia fuera. El destoreo. Lo mejor, sin duda, el epílogo con doblones por abajo.
Quiso matar recibiendo (citando con el pisotón, no con la muleta), pero pinchó a la primera y degolló al segundo intento. Mal Adame, que no mejoró su imagen con el peor toro del encierro, que acabo rajado en tablas y con el que el mexicano volvió a estar ventajista, aunque con sentido de la medida.

Plaza de toros de Valladolid (un tercio de plaza). Toros de Antonio Bañuelos, bien presentados y con opciones todos menos el quinto. El mejor lote fue el de Fernando Adrián, destacando el tercero.
– Miguel Ángel Perera (de azul grafito y oro): ovación tras aviso y oreja.
– Joselito Adame (de nazareno y oro): ovación en ambos.
– Fernando Adrián (de blanco y oro): ovación tras aviso y dos orejas.

