RESUMEN DE LA TEMPORADA 2023

A falta de algún festejo suelto, como el del día 21 en Arenas de San Pedro y en el cual hará su presentación con picadores en España la joven promesa del toreo Marco Pérez, ya podemos decir que la temporada taurina se ha terminado. La temporada del adiós del Juli y la del rabo de Morante, entre otras muchas cosas que aquí vamos a repasar brevemente.

Allá por el mes de febrero ya se empezó a ver cómo se encontraba cada torero. En Valdemorillo, Perera cuajó a un toro, a su estilo, sí, pero lo cuajó. Como ha cuajado otros muchos a lo largo del año y en plazas de la importancia de Madrid o Bilbao. Creo que es uno de los toreros a los que no se les ha valorado suficiente su temporada, pero Perera sigue en un gran momento, a diferencia de otros toreros de su generación, como Manzanares y Talavante, que han estado algo mejor que el año pasado (no era difícil) y han tenido hasta tardes rotundas (se me vienen a la cabeza las de Manzanares en Illescas, Valladolid o Valencia; o las de Alejandro también en la ciudad levantina), pero también ha habido muchas tardes, demasiadas, diría yo, en las que no han rodado las cosas. Pero oye, que son toreros con nombre y siguen en los mejores carteles. Por eso y porque les lleva quien les lleva.

Sin embargo, si hablamos de la ya lejana feria de Valdemorillo no podemos obviar la gran faena de Juan Ortega. Y que este torero no estuviese en San Isidro… así fue el serial isidril… Ortega ha logrado las mejores faenas de la temporada (con permiso del rabo de Morante), algo que no es de extrañar, porque, como siempre digo, es el que mejor torea. La de Valladolid fue el culmen, pero no hay que olvidarse de la citada de Valdemorillo, las de Úbeda, la de Santander… y de cómo toreó con el capote el día que Morante cortó las dos orejas y el rabo en Sevilla. Se lo aseguro, si Juan no hubiese estado así, no habría habido rabo. Fue lo que espoleó a Morante. Y hablando del de La Puebla, su temporada prácticamente se reduce a esa excelsa faena. Entre el petardo que pegó en Madrid (sobre todo la tercera tarde), la mala suerte con los toros y la lesión de muñeca, que le ha hecho perderse muchísimos compromisos, se puede decir que su temporada realmente terminó aquel mágico 26 de abril cuando la afición hispalense lo llevó en hombros desde la Puerta del Príncipe de la Maestranza hasta el hotel Colón. Aquí pueden recordar esa tarde.

Sin duda, Sevilla este año ha marcado la temporada. Todo lo que ha sucedido allí tuvo importancia. El día después de cortar el rabo Morante, Tomás Rufo también descerrajó la Puerta del Príncipe. Antes ya lo había hecho Roca Rey y en septiembre lo haría Castella. Ahora hablamos de ambos. Pero también Luque ha demostrado que es uno de los toreros a los que más toros le sirven ahora mismo, con la faena al toro de La Quinta, rozar la Puerta del Príncipe en San Miguel y cuajar y desorejar a “Príncipe”, un gran toro del Parralejo. La de toros buenos no, buenísimos, que salieron en Sevilla: “Choricero”, de Miura, “Ligerito”, de Garcigrande, la corrida entera de Victorino y “Filósofo”, de García Jiménez, para mí, el mejor de todos. Tampoco quiero olvidarme del paso por la Feria de Abril de Ginés Marín, que también desorejó un toro con unanimidad, y de Manuel Escribano, sensacional tanto con victorinos como miuras… casi nada. Estamos hablando mucho de Sevilla, pero es que, como decía, la capital hispalense ha marcado el transcurso de esta temporada. Por si fuese poco, El Juli la eligió para despedirse de los ruedos (veremos si es una retirada definitiva o temporal).

Julián ha echado una gran temporada: se va en todo lo alto, como se debe ir una figura. Cortó dos orejas el Domingo de Resurrección, tuvo un paso importantísimo por San Isidro, en el que sacó todo su magisterio y, a raíz del anuncio de su despedida, su temporada creció aún más. Si matase bien habría cortado tres orejas en Bilbao (otra de sus plazas). No me olvido que tuvo el gesto de matar la de Victorino en Valladolid y que en Salamanca se entretuvo en cortar un rabo en el día de la retirada de López Chaves, tras una tarde de pundonor raza y vergüenza torera, en la que se puso de rodillas, hizo lopecinas, puso banderillas… fue volver a El Juli de sus inicios.

La traca final de (hasta ahora) su carrera llegó con la generosa Puerta Grande de Madrid y, el día después, la despedida en Sevilla. Ahora deja con todo el peso de la tauromaquia a Roca Rey. El peruano es el que llena (cosa que no habla muy bien del nivel de afición que hay), pero no el que mejor torea, eso está claro. Entre percances su temporada se ha venido a menos. Tuvo uno en el Corpus de Toledo, unos días después otro en la Corrida In Memoriam, en la que tuvo sus más y sus menos con el tendido 7 de Madrid, el susto tremendo de Santander y más volteretas después de las que ya no recuerdo la plaza.

Al contrario ha ido la temporada de Emilio de Justo, de menos a más, ya que a pesar de desorejar a “Filósofo” en Sevilla y abrir la Puerta Grande en su regreso a Madrid tras la fatal cogida de la encerrona, tuvo toros para más. Se le vio agarrotado, pero parece que poco a poco se va recuperando de la lesión y ya se le ve más suelto, por lo que va recuperando el sitio en la cara del toro, aunque aún no está a su mejor nivel (veremos si puede recuperarlo), pero es uno de los atractivos de cara a la próxima temporada.

Atractivo indiscutible para 2024 es Borja Jiménez, tras cortar tres orejas a los victorinos en la Feria de Otoño. Junto a Fernando Adrián, la revelación del año. Aunque en el caso de Fernando han sido palabras mayores: no en cuanto al toreo, que es de más quilates el de Borja, pero sí en lo numérico. ¡Quince Puertas Grandes consecutivas! Y dos de ellas en Las Ventas. Por eso, Fernando Adrián quizás no solo sea la revelación, sino también el triunfador. En los “premios taurinos” que pronto publicaré veremos si es él o no, aunque pienso que los votantes tendrán la duda con Sebastián Castella. Si el año pasado Talavante volvió mucho peor de lo que se fue, con el francés ha ocurrido el caso opuesto: se fue apático y ha vuelto mucho mejor, tras unas corridas de rodaje a principio de temporada. Se destapó en Madrid con su sexta Puerta Grande en La Monumental, perdió otra con la espada en Otoño y, por primera vez, abrió la Puerta del Príncipe de Sevilla. Ninguna ha sido rotunda, eso también es verdad.

En Madrid este año, más que faenas, se van a recordar corridas: la de Victorino, la de Santiago Domecq y la primera parte de la de José Escolar. Victorino Martín, con esa Corrida de la Prensa y la que lidió en Sevilla, ha vuelto a lo más alto, de donde no se quiere bajar Victoriano del Río, a pesar de un mal inicio de temporada y el borrón de Otoño con dos toros mansísimos con el hierro de Cortés (uno castigado con banderillas negras y otro que lo pudo ser), aunque tuviesen interés para el aficionado. Otra ganadería legendaria que ha echado un gran año es Miura (¡por fin!) con ese toro de Sevilla, el de Pamplona y la Corrida Magallánica de Sanlúcar, indulto incluido. Juan Pedro se ha recuperado algo, Jandilla ha propiciado triunfos, Fuente Ymbro ha echado de todo entre tanto toro que tiene Gallardo en Los Romerales, El Parralejo y Matilla han lidiado toros sueltos excelentes, Santiago Domecq y Escolar tuvieron un gran paso por Madrid… pero Miura, Victorino y Victoriano del Río han sido las más destacadas. En el lado opuesto, quiero resaltar lo mal que está El Pilar. Bueno, es que ya lleva muchísimos años mal, pero una corrida encastada en 2019 en Madrid y un toro que lidió Javier Cortés en 2022 confundieron a la gente. Si son toreros modestos igual los ganaderos echan algo con castita, pero sino, todas sus corridas son un petardo. Es una ganadería vetada para mí, como Juan Pedro, El Vellosino, José Vázquez… o Prieto de la Cal y Valdefresno (que no solo hay ganaderías de Domecq en mal momento). Pero, seguramente, El Pilar se lleve la palma este año, reemplazando así a Juan Pedro Domecq.

Hemos hablado de los matadores de toros y de las ganaderías y toros para el recuerdo, pero no quiero acabar este artículo sin acordarme de los novilleros y de las cuadrillas.

En cuanto a los primeros quiero destacar a García Pulido (Alfarero de Oro de Villaseca y ha cortado varias orejas en Madrid. Es el que más oficio tiene: está para tomar la alternativa ya. No obstante, son otros los novilleros que más me ilusionan. El que más es Mario Navas. Es un novillero clásico y muy puro. Vallisoletano, pero de la escuela de Salamanca. Parecido a lo de Sergio Rodríguez, que es abulense (de las Navas del Marqués), pero era de la escuela salmantina. Sergio es otro de los que me gusta mucho cómo torea. Aunque, de los novilleros, el que mejor torea seguramente sea Álvaro Burdiel, pero es muy irregular. Este año, el 6 de agosto, tuvimos la suerte de verlo en Las Ventas como hacía tiempo no le veía torear. Precisamente, en el verano venteño me gustó mucho también Alejandro Peñaranda. Y otro que me gustó ya en abril fue Mario Alcalde, que ya ha tomado la alternativa, igual que Víctor Hernández y Jorge Martínez, que eran los dos novilleros punteros desde que Isaac Fonseca tomó la alternativa el año anterior. Fonseca, por cierto, ganador de la Copa Chenel 2023.

Y para terminar, decir que se sigue picando fatal a los toros. Sin embargo, hay grandes toreros de plata, ya sea con las banderillas, con el capote, o con ambas cosas, salvo alguna excepción como Fernando Sánchez, que, como sabéis, va de tercero. Hablo de los Otero (Ángel y José: “El Fandi de Madrid”), Juan Carlos Rey (que se ha consagrado), Antonio y José Chacón, Iván García, Javier Ambel, Curro Javier (cumbre este año, especialmente), Víctor Pozo (que progresa adecuadamente), Viotti…

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