BORJA JIMÉNEZ SALE POR LA PUERTA GRANDE


Volvía Borja Jiménez a Madrid con bastantes dudas tras no estar a la altura ni de uno de los toros de la feria (el de Santi Domecq) ni del complicado victorino. Ambos muy encastados. Sin embargo, hoy salió a hombros del coso de la calle Alcalá y lo hizo con todas las de la ley, a pesar de que el presidente solo premiase con una oreja su labor ante «Dulce«. Emilio de Justo y Roca Rey tuvieron una actuación correcta.

«Dulce» fue un gran toro de Victoriano del Río, aunque no de vuelta al ruedo, como alguno pedía, por no tener una destacada pelea en varas y por mostrar cierta sospería al principio del trasteo de Borja. Quizás, un exceso de nobleza, mas fue un gran toro en todo caso, que mantiene el honor de la divisa. Al ganadero lo que sí se le puede y se le debe reprochar es la presentación de los toros. Si no tiene suficientes toros para Madrid como para dos corridas (o tres si vuelve en Otoño), que venga solo con una corrida. Pero no pueden saltar animales sin cara como el tercero, ni raspas como el cuarto al ruedo venteño, es decir, a la primera plaza del mundo.

Borja Jiménez se fue a recibir a la puerta de chiqueros a recibir a «Dulce«, a sabiendas de que había perdido cierto crédito en esta feria. Hasta ese momento, claro. Quitó Roca Rey por saltilleras y el diestro de Espartinas realizó una obra maestra con series de derechazos bien ligados y muy templados. Siempre rematando detrás de la cadera y adornándose con remates para salir de la cara de toro que fueron de cartel: trincherazos, trincherillas, pases de la firma, de desdén…
La espada no es su fuerte, pero Jiménez sabía que tenía la Puerta Grande abierta y se tiró prácticamente encima del toro para pegarle un estoconazo en todo lo alto. A pesar de ello, el toro se levantaba del suelo, vendiendo muy cara su vida. Tuvo una muerte de bravo. Quien se encargó de cerrar la Puerta Grande a Borja Jiménez fue el presidente José Luis González González. Negó incomprensible la segunda oreja. La única explicación posible que le puedo encontrar es que considerase que faltó otra serie al natural, pues solo dio una así.


Como no quería que se le escapase su segunda Puerta Grande, se fue de nuevo a portagayola a recibir al quinto, toreando después muy bien a la verónica y por chicuelinas. Sin embargo, el toro estaba más que cogido con pinzas y se marchó de vuelta a corrales. De nuevo al portón de los miedos y otra vez salvó el angustioso trance Borja Jiménez echándose al suelo, antes de repetir por verónicas (a pies juntos algunas) y chicuelinas a grito de «torero, torero».
Bonito inicio por bajo del hispalense, con doblones. Trató de ligar los pases sin perder la colocación que gusta en esta plaza, mas este toro de Torrealta no era de triunfo. Levantó la faena con los ayudados por bajo y, a pesar del pinchazo arriba, cortó una oreja, claramente, en compensación de la que le robaron en su primero. Su tarde ha sido de Puerta Grande rotunda y supone su consagración después de su revelación con los victorinos en Otoño y su previo paso por Pamplona y por la Copa Chenel.

Emilio de Justo dio la cara con su lote, aunque no se ciñió con ellos al ver que no tenía opción de triunfo. No obstante, se pasó de faena en ambos.


Roca Rey había llevado a mucha gente a la plaza. Por otro lado, como de costumbre, el 7 y otros aficionados le esperaban de uñas. Es Andrés quién soporta el peso de la púrpura actualmente. Tampoco es menos cierto que para ser la primera figura hace un toreo muy rectilíneo y demasiado basado en la pirotecnia. Hoy salió a relucir en el quite por saltilleras al toro de Borja y en otro por gaoneras al suyo, además de en un eléctrico inicio de hinojos con un milímetrico cambiado por la espalda. Todo esto está genial, pero cuando va acompañado del toreo fundamental y, ahí, tiene más problemas Roca Rey. Dicho esto, hoy no abusó de los artificios y si no toreó (como tal) más fue por la condición de sus oponentes. En su lote fue especialmente interesante el sexto, pues salió resabiado, manseando mucho. Por momentos me recordó a los toros de Cortés que salieron en Otoño (ojalá le tocase uno así a Andrés, a ver qué hacía), pero el peón lo enceló y lo enseñó a embestir. Aun así, tomó un picotazo en el caballo de reserva del que salió huyendo. Sin embargo, empujó en la contraquerencia, pero el tercer puyazo (ya que el primero fue únicamente un análisis) lo volvió a tomar en el caballo de reserva sin que nadie hiciese por evitarlo.
Parecía que podría servirle a Roca, pero rápido se esfumaron las esperanzas.


Plaza de toros de Las Ventas (lleno de «No hay billetes»): Corrida de la Cultura. Toros de Victoriano del Río, mal presentados y desiguales. De juego interesante, sobre todo el gran segundo, «Duende«. Se devolvió al quinto, saliendo en su lugar un corraleado toro de Torrealta.

Emilio de Justo (de azul soraya y oro): silencio tras aviso en ambos.
Borja Jiménez (de gris perla y oro): oreja y dos vueltas al ruedo tras bronca al palco y oreja.
Roca Rey (de azul noche y oro): silencio tras aviso y silencio.

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