Hoy le tocaba el turno a la ganadería de Rehuelga en el prestigioso Alfarero de Oro de Villaseca de La Sagra, pero, finalmente, el protagonista fue un gran sobrero de Conde de Mayalde. Cristiano Torres no lo toreó debidamente.
Valentín Hoyos sí dejó una sensación muy buena en Villaseca. Toreó con suavidad al natural al incierto primero, al que había dado una gran lidia Juan José Domínguez. Fue este un novillo con aspecto de toro, con gran trapío y astifino. Vamos, lo que no se suele ver en otras plazas.
El de La Alberca corrió muy bien la mano, pero ni siquiera llegó a sonar la música, quizás por estar algo fría aún la plaza en el primer novillo. El epílogo por naturales a pies juntos fue muy torero.
Con el cuarto corroboró la buena imagen que dio, aunque me sigue pareciendo que es un novillero al que le falta un punto de garra o de sentimiento para transmitir más al tendido. También le falta medir más las faenas: cuando el novillo le partió el estaquillador no solo debió coger otra muleta, también la espada de matar, mas no lo hizo y terminó escuchando dos avisos.
No obstante, hoy ha tenido una tarde importante. Por cierto, qué bien picó Tito Sandoval a este novillo. Lo cogió en el sitio, sobre todo, en el segundo puyazo. Saludó una merecida ovación.
Cristiano Torres tuvo en primer lugar un novillo que salió de los muletazos con la cara alta (defecto típico de Santa Coloma). Le faltó temple al novillero y no retorcerse tanto.
Sin embargo, con el que dio una mala imagen de verdad fue con el encastado quinto bis, un sobrero de Conde de Mayalde que salió por el terciado novillo de Rehuelga cuando este se fue al suelo. Aunque (desde mi punto de vista) tampoco había dado tantos motivos para el verde, tuvimos una gran suerte de que se devolviese para ver ese sobrero de Rafael Finat. Salió con muchos pies y con repetición, lo que Cristiano aprovechó para realizar un eléctrico inicio de faena con dos cambiados por la espalda de rodillas. ¡Ojo! Que durante la faena dio seis pases más por la espalda. Ocho cambiados en total. Esto es una barbaridad, pues demuestra que se centró en lo accesorio, a pesar de tener un novillo de triunfo, para cuajarlo toreando de verdad, pero ni se dignó a coger la izquierda. Ocho cambiados por la espalda y cero naturales es un buen resumen de su tauromaquia. Una copia barata de Roca Rey. Aunque por momentos mandó por abajo con la derecha y el novillo humillando con codicia, se vio desbordado: los desarmes llegaron en los peores momentos. Ya lo decía Belmonte: «Dios te libre de un toro bravo». Actualmente, podríamos matizar lo de bravo. Sobre todo, encastado. Como muchas veces digo, podríamos hacer ese cambio de palabras. Quizás, por verse desbordado con la muleta montada, ni se le pasó por la cabeza ponerse al natural. Por ello, recurrió al toreo accesorio y cerró con circulares invertidos y un arrimón final. Esto le habría funcionado a la perfección en cualquier pueblo de España menos en Villaseca, un pueblo exigente y donde también abundan los aficionados de Las Ventas. La estocada al segundo intento le cayó muy delantera y tuvo que ver como el novillo era azuleado mientras él escuchó unos ligeros pitos. Es es el segundo novillo de Conde de Mayalde premiado con la vuelta al ruedo en Villaseca en dos días. Ambos fueron bravos y encastados. El de ayer, quizás más peligroso. El de hoy con más codicia y humillación. Ambos con poder. ¡Qué buena ganadería!
Bruno Aloi no tuvo opciones. Su primer novillo fue un buendía muy entipado. Precioso, pero muy parado. Y muy distraído. ¿Tal vez no veía bien? Arrolló a Valentín Hoyos en el quite. Lo que está claro es que no quería pelea. Aloi le dejó puesta la muleta en la cara aun quedándose fuera de sitio, pero no había forma de hacerle embestir. Los pocos muletazos que pudo dar fueron muy despegado, con el pico. A lo Curro Díaz. Antes había emulado también a Talavante en el inicio de faena genuflexo en redondo, con un pase mirando al tendido (que le quedó forzado).
No obstante, es un novillero al que le sobra raza, como vimos aquí con los ibanes el año pasado. Destacó su firmeza en el quite por gaoneras al imponente sexto y su buena actitud. Además, trata de torear con gusto, pero debe ceñirse más cuando se relaja.
Plaza de toros de Villaseca de La Sagra (más de media plaza). Novillos de Rehuelga, desiguales de presentación, pero todos entipados y astifinos. Algunos muy serios.
– Valentín Hoyos (de verde hoja y oro): ovación tras aviso y ovación tras dos avisos.
– Cristiano Torres (de fucsia y azabache): silencio y leves pitos tras dos avisos.
– Bruno Aloi (de verde lima y oro): silencio en ambos.
Crítica taurina 