Hace unos días hablábamos de un buen toro de Guerrero y Carpintero en la Copa Chenel, azuleado por el mismo presidente que hoy también ha mostrado el pañuelo azul al segundo novillo de la mañana en EL Álamo. Esto habla muy bien de esta ganadería madrileña, mas también de un aparente beneplácito de este usía con este hierro. Claro, después del primer novillo (muy flojo) de Quintas, el de Guerrero y Carpintero pudo parecer más de lo que realmente fue. Que fue un buen novillo, pero no de vuelta, como tampoco me pareció de vuelta ese toro de Torres de la Alameda. En cualquier caso, en un festejo como el de hoy no se fíen de lo numérico porque no son más que eso, que números, ya que si la vuelta al ruedo fue cuestionable, no lo fueron menos las orejas concedidas. Totalmente de pueblo.
Dos le cortó al primero Álvaro Serrano, que fue el más destacado (se fue con un pleno de cuatro orejas que debieron haber sido una y una). El novillo de Quintas salió escobillado.
Tuvo muy poca fuerza y para evitar que se derrumbase Álvaro Serrano lo llevó siempre a media altura, cuidándolo. Realizó una faena de largometraje, tónica habitual de la mañana, ya que los novilleros estuvieron algo pesados, a mi modo de ver. No al del público que hoy acudió al Álamo, que disfrutó de la matinal en una plaza que registró una buena entrada. Hay que recordar que esta novillada había sido aplazada por la climatología adversa. Hoy hizo sol y calor. Serrano cerró su faena con manoletinas de perfil y una buena estocada hasta la yema.
Joel Ramírez salió a revientacalderas. Recibió a portagayola al burraco que hizo segundo, de Guerrero y Carpintero, de nombre “Africano”. Otra larga cambiada dio de rodillas y quitó por saltilleras y gaoneras capote a la espalda.
Se mostró bullidor y no se quiso dejar nada dentro y empezó su faena de muleta de rodillas en el centro del ruedo para hacer el péndulo. Hasta aquí, podría ser una faena prototipo de un torero como Fernando Adrián, por ejemplo. Después, tuvo más dificultades en el toreo fundamental y hasta sufrió un buen susto cuando el animal le lanzó un derrote directo al pecho, sin consecuencias. Estuvo correcto con un buen novillo, que embestía con brío y bravura. Fue premiado con la vuelta al ruedo y, a pesar de no matar a la primera, Ramírez cortó un apéndice.
El tercero fue otro burraco de Guerrero y Carpintero, ovacionado en el arrastre. Álvaro Serrano vio que había calado ese toreo más bullanguero en el respetable y estuvo muy variado con el capote. Recibió al novillo con dos faroles (de pie) y acto seguido toreó por chicuelinas. Llevó al toro al caballo galleando por chicuelinas para dejarlo en suerte con una cordobina de remate. Con la franela estuvo firme y asentado, mostrando un toreo más clásico, aunque el prólogo fue de hinojos. Destacó al natural, algunos cargando mucho la suerte incluso en el cite (como hemos visto a veces a Rincón o a Morante). Los últimos fueron a pies juntos, muy toreros. Álvaro se llevó otras dos orejas.
También desorejó al último Joel Ramírez, otro novillo sin fuerzas de Quintas. Ramírez realizó un quite por tafalleras a este berrendo aparejado en negro. Ligó series por ambos pitones, aunque faltó sentimiento, que no ganas de agradar. Terminó en los terrenos de cercanías con un desplante.
Plaza de toros de El Álamo (un tercio de plaza): novillos de Quintas (primero y cuarto; con poca fuerza y transmisión) y Guerrero y Carpintero (segundo y tercero, de gran juego; uno premiado con la vuelta al ruedo y otro ovacionado en el arrastre):
- Álvaro Serrano (de azul pavo y oro): dos orejas en ambos.
- Joel Ramírez (de agua de mar y oro): oreja tras aviso y dos orejas.
Crítica taurina 