Con motivo de la Feria de la Comunidad se anunció una novillada con seis hierros madrileños. Todos fallaron y la novillada fue infumable. Tan solo cabe reseñar un par de quites de Bruno Aloi (por calaserinas) y Cristiano Torres (por saltilleras) con mucha exposición y una templada serie de naturales de Cid de María. El resto no sirvió de nada. Si al menos hubiesen colocado bien a los novillos para la suerte de varas… pero no, se les colocó mal y se les picó peor. Varios picadores tuvieron que escuchar esos gritos al unísono de «¡picador, qué malo eres!».

Para colmo, se pidió una oreja de risa a Cid de María en el sexto. Bien el presidente aguantando una petición pueblerina que no se sabe a qué se debe. Tal vez, a que la espada entró hasta la empuñadura en un lugar bastante bueno, pero fue perdiendo la muleta al realizar la suerte suprema y, sobre todo, que el novillo tardó mucho en caer. De hecho, a punto estuvo Cid de María de tener que descabellar. Es que, realmente, la faena fue intrascendente, más allá de una serie de derechazos que se corearon más de la cuenta con un público ávido de ver algo.

De hecho, me gustó más con el tercero, por esa serie de naturales muy templados que le robó al de Guerrero y Carpintero que, quizás, fue el de más opciones del encierro, pero de ahí a aplaudirlo en el arrastre… Al menos yo esperaba mucho más de este novillo tras ver el lidiado en El Álamo o el toro de la Copa Chenel. Este novillo fue brusco, soltando el tornillazo al final de algunos muletazos. Por eso, en la siguiente serie de naturales de Cid de María la faena volvió a su transcurso natural. La anterior fue la excepción. Esta ya fue más desacoplada y con enganchones.
El presidente, que estuvo bien no dando la oreja a Cid de María en el sexto, estuvo francamente mal previamente, al no devolver al segundo. El de José González no tenía fuerzas y se fue al suelo en varias ocasiones, mas el usía no quiso sacar el pañuelo verde y nos mostró el blanco con el cambio de tercio. Incomprensible, pues el novillo siguió perdiendo las manos en la faena de Cristiano Torres, que se tuvo que ir a por la espada cuando el novillo se echó definitivamente.
Costó levantarlo. Lamentable.

Con el ejemplar de Caras blancas de Carpio empezó por estatuarios y un pase cambiado por la espalda con la izquierda, como hace su ídolo Roca Rey.

Después, el novillo se rajó y buscó las tablas. Como Cristiano Torres se había pasado de faena, poniéndose pesado con el arrimón, el novillo se puso complicado a la hora de cuadrarlo para entrar a matar, dando una vuelta al ruedo completa al ser andarín. Finalmente, de forma hábil metió el brazo el aragonés junto a los toriles, pero citando en la contraquerencia.

Bruno Aloi también alargó innecesariamente unos trasteos que era imposible que levantasen el vuelo, sobre todo en el primero, un animal de Angel Luis Peña que salió parado desde el principio y que pronto cantó su falta de recorrido. Tampoco pudo hacer nada con el jabonero sucio de Cerrolongo, otro novillo muy descastado, al que, además, mató mal, pinchando reiteradamente.

Plaza de toros de Las Ventas (11793 espectadores; muchas invitaciones). Novillos de la Comunidad de Madrid de Ángel Luis Peña (parado), José González (inválido, debió ser devuelto), Guerrero y Carpintero (con movilidad sin clase), Cerrolongo (parado y descastado), Caras blancas de Carpio (manso, rajado) y Hermanos Sandoval (se dejó).
– Bruno Aloi (de caldero y oro): silencio tras aviso en ambos.
– Cristiano Torres (de salmón y oro): silencio tras aviso en su lote.
– Cid de María (de azul rey y oro): silencio y vuelta al ruedo tras petición.


Deja un comentario