«FRENOSO», UN TORO DE BANDERA DE VICTORIANO DE RÍO. FERNANDO ADRIÁN PINCHA LA PUERTA GRANDE

Victoriano del Río remendó, afortunadamente, la corrida de El Puerto de San Lorenzo y La Ventana del Puerto, de nulas opciones, y evitó el petardo con un torazo de bandera. Otro más. Fue bravo y encastado y embistió con codicia a la muleta de un Fernando Adrián que tuvo el mérito de estar firme para dejársela puesta y ligar, sin poner frenos a la poderosa embestida de «Frenoso«. Un toro para el recuerdo y una Puerta Grande que se esfumó con la espada. Esta ganadería cosecha un éxito tras otro en Madrid. La lista de toreros a los que ha permitido triunfar de forma rotunda es interminable y hoy hemos tenido un nuevo ejemplo. Y para el viernes queda otra corrida de campanillas. Ojalá no falle la ganadería madrileña y permita un nuevo triunfo. Es, quizás, la mejor ganadería de este siglo o, sin duda, una de las pódium de honor.


La tarde iba a la deriva sin que nada pasase cuando se hizo bueno el dicho de «no hay quinto malo». Frenoso saltó al ruedo con su seriedad y trapío y cumplió, sin más, en los primeros tercios. A diferencia de «Brigadier», el toro de Pedraza azuleado el miércoles, no fue tan completo. Sin embargo, siendo más completo el de Pedraza me pareció mejor este de Victoriano. O, al menos, me gustó más. Esa forma de embestir con todo… Pero no se trata de elegir, sino de disfrutar con ambos como lo hemos hecho.
Fernando Adrián brindó al respetable y comenzó en los medios con su habitual cambiado por la espalda.
Después ligó las series con la diestra con enorme emoción. Hasta se permitió el lujo de dar un pase mirando al tendido. En la primera serie al natural la faena bajó algo y el toro no embistió con el mismo motor. Sí lo hizo con la misma clase y se pudo disfrutar también de una embestida más templada, aunque cuando se acopló al natural Fernando Adrián fue en la segunda serie por el izquierdo. Esta sí, muy buena. La remató ligando el molinete al de pecho. No faltaron las bernadinas finales, pero la espada se llevó las dos orejas. Tampoco asomó el pañuelo azul, seguramente con buen criterio, porque faltó pelea en el caballo, pero el toro quedará en el recuerdo de todos.



Con el segundo poco pudo hacer por la falta de fuerzas del de El Puerto.

Manzanares lidió un manso del Puerto en primer lugar. Como los otros atanasios del jueves, muy rajado. Destacó un templadísimo natural y un estocadón junto a las tablas cuando el toro se le arrancó. Recibiendo, como ayer hizo Galván. Esta tuvo un efecto fulminante. José Mari es un as de espadas.
Otra buena estocada (esta al volapié) le recetó al soso y parado cuarto, de La Ventana.



Pablo Aguado no tuvo toros para triunfar, pero tampoco él tuvo su tarde. Perfilero, abusando del pico para torear con el mando a distancia sin perder la naturalidad y fuera de sitio. Además, con muchos enganchones en sus dos toros. Sin acople.

Plaza de toros de Las Ventas (lleno de «No hay billetes»): toros de El Puerto de San Lorenzo (primero, manso rajado, y segundo, con poca fuerza), La Ventana del Puerto (cuarto y sexto; parados y muy deslucidos, sin opciones) y dos remiendos de Victoriano del Río (tercero y quinto; muy bien presentados; destacó el excelente quinto, fuertemente ovacionado en el arrastre).

José María Manzanares (de azul noche y oro): palmas y silencio.
Fernando Adrián (de purísima y plata): silencio y vuelta al ruedo.
Pablo Aguado (de tabaco y oro): silencio tras aviso y silencio.

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