FORTES PIERDE LA PUERTA GRANDE CON LA ESPADA TRAS DOS FAENAS DE ENORME PUREZA

Fortes volvía a Madrid tras el infortunio de aquella corrida de Victorino con la que se reabrió la Plaza de toros de Las Ventas tras la pandemia. Aquel día sufrió una grave lesión y parecía un torero condenado a la mala suerte. Hoy, aunque con la mala suerte también de pinchar sus dos faenas, se ve a otro torero totalmente distinto, como ya se pudo ver en Málaga en agosto y el pasado mes de abril. Y este nuevo Fortes es un torero interesantísimo que nos estamos perdiendo porque los empresarios no siguen la actualidad taurina o bien prefieren poner siempre a los mismos, aunque lleven años sin hacer nada. No como Saúl, que se la juega como siempre, pero torea como nunca había toreado hasta el año pasado (con alguna excepción como con el toro «Mucamo»). Mucho más reposado. Armonioso. Y con sus señas de identidad: la pureza y la verdad. Está para verlo en todas las ferias, pero de momento solo tiene firmada una corrida más (en Santander, con Juan Pedro Domecq). Se rumorea que en Almería toreará con Morante y Juan Ortega (en lo que sería un cartelazo) y no debería faltar a su cita con Málaga, así como volver a Madrid. Hay tres toreros que han destacado este San Isidro con su toreo clásico: Uceda Leal, Fortes y Víctor Hernández. ¡Qué bonita quedaría esa terna para la Feria de Otoño! Pero más allá de Madrid, lo de hoy (junto con las dos tardes pasadas en Málaga) le debería servir para anunciarse en todas las ferias importantes (Bilbao, Pamplona, Albacete…).


El «pero» que se le puede poner (además de la espada) es el no haber toreado más con la izquierda, ya que ha firmado excelsos naturales, pero ambas faenas se han basado en la mano derecha.
A su primero lo toreó con el mentón hundido, echando la pierna hacia delante y pasándose el toro a centímetros. El valor puesto al servicio del toreo. Esto es torear y no pegar pases. Redució la embestida de «Gimotero» en cada pase. Pases que se remataban allí hasta donde su brazo daba: detrás de la cadera. Muletazos largos y templados y Madrid rugiendo. Se adornó con un kirikí y un pase por alto gallista. Torerísimo el final por bajo. La espada se llevó un orejón.

Otra oreja de muchísimo peso perdió en el quinto tras otra faena de corte similar. Es decir, de corte muy bueno. De nuevo los pases tuvieron hondura y profundidad. Y mucho temple, aunque a este le costó algo más cogerle el pulso y el de Araúz le tocó las telas al principio de la faena en alguna ocasión, pero cuando se reunió con él y hubo acople la faena volvió a ser grande. Otro final con torería, ahora por ayudados por alto cargando la suerte y barriendo el lomo del toro, y otra vez el pinchazo, delantero y sin soltar. Pero después vino otro pinchazo más y todo quedó en una vuelta al ruedo unánime.


Abrió plaza un barroso que manseó mucho en el caballo. Morenito poco pudo hacer con él, aunque tampoco estuvo especialmente lúcido.
Mucho mejor estuvo con el cuarto, que era la apuesta del mayoral y no falló. Un gran toro para el aficionado, no para el torero, que pasó un mal trago ante un animal desbordante de casta. Ya se vio en el tercer par, de Iván García (sensacional), como apretó. En las dos primeras series fue un torrente que reponía y embestía sin clase, soltando la cara. Mas estuvo muy firme Jesús, tragando mucho. Por el izquierdo el toro no tenía esa potencia, por lo que Morenito optó por torear al natural, donde no se vio tan asfixiado. Aún así, al rematar una serie el toro se revolvió y se llevó un revolcón sin consecuencias. El burgalés también perdió una oreja con la espada. Los reiterados pinchazos hondos provocaron que el toro se terminase echando y tuvo que ser apuntillado.


No fue la tarde de las espadas. Ya sabíamos que Adrián de Torres es un torero con muy buen concepto, pero no es un matador de toros. ¡Qué mal mata! Hoy tuvo una tarde francamente mala y sin la ambición que le caracteriza. Porque si hubiese tenido ambición no habría pedido el cambio de tercio en ese sobrero de Castillejo de Huebra (ese sobrero salió tras descoordinarse el toro más imponente en cuanto a pitones de la tarde y, seguramente, de la feria).


El de Castillejo rápido mostró una leve cojera en la pata derecha que le imposibilitaba desplazarse en plenitud. Pero el presidente, al ser el sobrero, decidió no cambiarlo como ya pasó en la novillada del 13 de mayo. Ese día Zulueta tuvo la brillante idea (nótese la ironía) de brindarlo al público. Igual que ha hecho hoy Adrián de Torres. ¿Cómo se les ocurre brindar un inválido cuándo los aficionados están protestado? Se llevó lógicos pitos. Además, se puso muy pesado, tratando de justificarse con un toro que no podía transmitir nada.

Con el tercero, también barroso (pelaje único de esta ganadería), poco pudo hacer. Los dos barrosos salieron mansos y desclasados. También mató mal.


Plaza de toros de Las Ventas (16.687 espectadores). Toros de Araúz de Robles, bien presentados, en especial el descomunal sexto, devuelto al descoordinarse. Salió en su lugar un sobrero inválido de Castillejo de Huebra que también debió ser devuelto. Destacó el cuarto, un toro muy encastado en los últimos tercios.

Morenito de Aranda (de azul marino y oro): silencio tras dos avisos y ovación tras aviso.
Fortes (de rosa y oro): ovación y vuelta al ruedo tras aviso.
Adrián de Torres (de rosa palo y oro): silencio tras aviso y silencio.

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