Ya conocen el dicho de tarde de expectación, tarde de decepción. Un dicho que en Madrid se cumple con frecuencia. Y el festejo de hoy había levantado grandes expectativas, con el cartel de «No hay billetes» colgado desde hace tiempo, a pesar de ser una novillada. Esos novillos eran de Fuente Ymbro y El Freixo. Los de El Freixo no cumplieron con el mínimo exigible en presentación para Madrid, ni tuvieron opciones. Mal envío del Juli en la que era la cita más importante de la corta historia de esta ganadería.

Sin embargo, Fuente Ymbro volvió a echar un ejemplar encastadísimo. Fue el quinto y no perdonó un error, de ahí que cogiese a Marco Pérez en dos ocasiones, afortunadamente, sin consecuencias. Marco realizó un inicio de faena primoroso, pero perdió la oreja con la espada.
A este novillo lo recibió a portagayola, como recibió al anterior y al siguiente. Tres novillos seguidos yéndose a la puerta de chiqueros (porque Marco sí se pone en las rayas y no casi en los medios como otros) tiene un enorme mérito. No se puede dudar de su predisposición, ni de sus ganas de ser figura. Aunque, realmente, hoy Madrid ya le trató como figura. Midiéndole mucho. No hay que olvidar que el salmantino toma ya la alternativa la próxima semana en Nimes (creo que demasiado pronto) y que está colocado en las principales ferias que ya se han anunciado a inicio del verano (en Pamplona entiendo que no está por decisión propia).
Marco Pérez comenzó en los medios con un cambiado por la espada al que ligó infinitos pases. Destacaron dos pases del desdén que fueron carteles de toros. Se presagiaba una faena cumbre, pero a Marco le faltó templar la difícil embestida del novillo: encastado. Además, se da la circunstancia de que Marco me pareció que toreó mejor hace un par de años en aquella mañana sin caballos que hoy, porque ha ido adquiriendo ciertos vicios, como el uso del pico y, por momentos, la falta de ajuste. Con esto no digo que Marco estuviese mal, pero sí que estuvo menos puro de lo que yo pensaba. Quizás, le faltó conocer más cómo es la plaza de Madrid: hay ciertas cosas que aquí no sé toleran, como el citar fuera de sitio y con el pico, aunque después se trajese a los novillos hacia dentro, detrás de la cadera.
Este quinto novillo le dio dos volteretas espeluznantes de las que salió milagrosamente sin cornada. Eso, levantó la clásica división de opiniones entre el 5 y el 7.
Después, Marco Pérez le robó varias series acelerado y perdió la oreja con la espada, con la que no es nada fiable.
Se pasó de faena claramente con el soso cuarto, un novillo del Juli con muy malas hechuras, igual que los otros dos (parecían del Vellosino), y muy pocos pitones. El arrimón no gustó a un amplio sector de la plaza, en el que me incluyo. Sin embargo, a sus numerosos paisanos que hoy poblaban el tendido venteño les gustó tanto que le pidieron una oreja, que hizo bien el presidente en no conceder.
No iré novillo a novillo, porque del resto hay poquito que rescatar. Marco lo intentó, pero se estrelló con el deslucimiento de los novillos. El abanto tercero, le puso en muchos apuros. Un fuenteymbro con genio con el que buscó justificarse sin demasiado éxito.
Vendrán muchas más tardes ya como matador en carteles de relumbrón y a Marco hay que esperarlo, porque puede ser la próxima gran figura. No obstante, tiene bastante que mejorar, tal y cómo hemos visto hoy. Quizás, la alternativa se antoja muy prematura, aunque es cierto que en el resto de plazas no le van a exigir mucho y que este año puede rodarse en plazas de segunda en las que no le van a faltar contratos, antes de dar el salto el próximo año a las grandes ferias, como Bilbao, Pamplona o Madrid (donde sale el toro más serio), ya que no pienso que vaya a venir a confirmar en la Feria de Otoño, sino que creo que lo dejará para el próximo San Isidro.

Plaza de toros de Las Ventas (lleno de «No hay billetes»). Novillos de Fuente Ymbro (bien presentados: soso el segundo y complicados tercero y quinto; el tercero manso con genio, una prenda, y el quinto encastado, con mucho que torear) y de El Freixo (mal presentados y de feas hechuras; muy deslucidos y sin raza).
– Marco Pérez, en solitario (de grana y oro): silencio, silencio, silencio, ovación con protestas tras aviso y petición de oreja, vuelta al ruedo tras aviso y silencio.


Deja un comentario