UNA NOVILLADA CONDICIONADA POR LA TORMENTA Y LA FALTA DE FUERZAS DE LOS DE SAGRARIO MORENO

Esta noche se ha celebrado en Las Ventas la segunda novillada de este certamen de verano con un cartel muy atractivo, pues en él se juntaban Fabio Jiménez y Bruno Aloi, dos novilleros con buen corte, especialmente, el primero. Sin embargo, Fabio quedó inédito con un lote mansurrón e imposible. El mexicano mostró una gran disposición y Pedro Luis firmó buenos naturales y recibió a sus dos novillos a portagayola.


Abrió la nocturna cuando aún era de día un serio novillo colorado de Sagrario Moreno. El novillo de Madrid es más serio que el toro de la gran mayoría de plazas, incluidas las de primera.
El novillo protestó continuamente, dando muestras de mansedumbre y una evidente falta de fuerzas.
Fabio Jiménez lo toreó a una distancia prudencial a sabiendas de que no iba a sacar nada.


Tampoco tuvo nada de suerte con el cuarto, un novillo muy serio, con apariencia de toro cuajado, aplaudido fuertemente de salida. Sin embargo, su comportamiento fue similar al del primero. Otro día será.


Bruno Aloi no solo tuvo que lidiar con sus dos novillos, si no también con la tormenta, que hizo acto de presencia con fuerza en sus dos turnos. El festejo parecía un calco en su primera mitad y en la segunda. En ambos casos, el mexicano empezó su faena de muleta de rodillas, cambiando el viaje del quinto novillo para realizar el péndulo. A este le había recetado previamente unos templadísimos delantales. Voló muy bien el capote, también en sus remates a una mano (hasta pegó un par de lances de este modo).
A su primero lo toreó con la muleta también con gran temple y, sobre todo, ceñimiento. Muy bien, aunque la faena no acabó de tomar vuelo por la condición del novillo, que no era de triunfo. Con el quinto estuvo más arrebatado, ya que no pudo realizar ese toreo tan ajustado por el enorme vendaval que provocó la tormenta. La muleta parecía una bandera. Con esas condiciones tan adversas, Aloi hizo un gran esfuerzo, destacando el final genuflexo en redondo. No obstante, su actuación levantó una división de opiniones.


Pedro Luis se presentó en Madrid dejando una grata imagen, aunque aún tiene que progresar. Se fue a la puerta de chiqueros a recibir al tercero y echó los vuelos muy tarde, lo que casi le cuesta un buen susto. Le salió mejor la larga cambiada de hinojos que dio después en el tercio.
Mostró un buen concepto del toreo, encajado y cruzándose por la condición del animal, que se revolvía muy rápido y no le permitía ligar sin enganchones.

Sí le ligó varios naturales de nota al último (al que también recibió a portagayola), en dos series muy compactas tirando de la embestida con temple, aunque con el defecto de rematarlas con un pase de pecho muy antiestético, sacando muchísimo el brazo para pasárselo lejos y retorciéndose. Quiso seguir al natural y se pasó de faena, pues el novillo ya no embestía.

Plaza de toros de Las Ventas (9794 espectadores). Novillos de Sagrario Moreno, muy bien presentados, pero faltos de fuerza y de bravura.

Fabio Jiménez (de azul noche y oro): palmas y silencio.
Bruno Aloi (de purísima y oro): ovación y ovación tras aviso con división de opiniones.
Pedro Luis (de azul rey y oro): silencio y silencio tras aviso.

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