CORREOSA CORRIDA DE JUAN LUIS FRAILE EN MADRID

Se lidió en Las Ventas una dura y difícil corrida de Juan Luis Fraile, reseñada en un principio para Ceret, pero que no se pudo llevar al país vecino por no contar con la carta verde por un problema sanitario. Plaza 1 repescó esta corrida imponente de pitones (no con tanta caja algunos) con la que Rafael Cerro ofreció una grata imagen y realizó un quite providencial a David Adalid, que se veía cogido.

El toro que abrió plaza, acapachado y muy en el tipo de la ganadería, fue devuelto por su manifiesta falta de fuerzas. En su lugar salió el primer sobrero, también del hierro titular, con el que confirmó la alternativa Raúl Rivera, que no pudo hacer nada con un animal imposible, siempre a la defensiva. Miento, sí que pudo hacer algo: matarlo con decoro, pero no lo hizo. El bajonazo fue infame, en la paletilla.

Le ligó varios pases al sexto, aunque algunos tan hacia fuera que derribó al astado. No obstante, mejoró su imagen, logrando incluso un largo y templado natural que, sin duda, fue el mejor pase de la noche, en la que hubo poco contenido. Volvió a realizar mal la suerte suprema, pegando el telonazo sin apenas hacer la cruz y alargando el brazo. Esta vez la espada solo fue rinconera.

Rafael Cerro se llevó la ovación de la noche con todas las de la ley en la que es su especialidad, los quites de riesgo. Así lo ha demostrado en numerosas ocasiones providenciales en las capeas y fiestas de su zona (la de Coria), tal y como se ha podido ver en vídeos a través de la redes sociales.
Hoy salvó a David Adalid, quien se lo agradecía. Adalid puso el par de banderillas en todo lo alto y se confió al salir de la cara del toro, andando. El de Juan Luis Fraile le pegó uno de los muchos arreones de manso que dio apretando hacia las tablas. Estaba, literalmente, cogido, pero salió Cerro del burladero y a cuerpo limpio hizo el quite. Totalmente necesario y sin buscar el lucimiento, no como Morante en San Isidro. Victorino Martín en el callejón y toda la plaza en pie lo ovacionó. En el resto de la nocturna también se coreó mucho todo lo que hizo, pero ya no tanto por méritos propios, sino por los autobuses que trajo, con sus paisanos situados, principalmente, en el tendido cinco. Con ese manso, pero con genio, que hizo quinto fue incapaz de ligar, aunque trató de estar siempre bien colocado. Desde luego que el toro no era sencillo.

Algo parecido le pasó con el tercero, el mejor del encierro, ofensivo de pitones, pero más escurrido por atrás. Este tomó tres varas arrancándose con velocidad y empujando bien. Soberbio en las banderillas Iván García. Rafael Cerro se fue a los medios y trató de hacer el toreo fundamental desde el principio, siempre vertical. Sin embargo, el toro requería más mando y Cerro no lo pudo. Se agradece el intento de hacer un buen toreo, pero en esta ocasión tampoco fue capaz de ligarle los pases al toro, que se le coló varias veces, dándole un puntazo en una de las ocasiones. Con esos astifinos pitones y la fuerza que tienen estos toros, un puntazo fue poca cosa… ¿tal vez por protecciones debajo del traje? Algún día habría que hablar de esto (kevlar, o la protección que sea) que vimos por primera vez aquí en Las Ventas a Roca Rey y hemos visto desde entonces en más ocasiones (la anterior a David Galván en la Línea de la Concepción).

Rubén Pinar estuvo desconcertante durante la lidia al segundo. Al ver lo tardo que era, lo metió dos veces debajo del caballo. A pesar de ello, el picador tuvo que cruzar la raya, ante las protestas de algunos que no entendieron la condición del toro. También es cierto que al picador le faltó levantar bien la vara y usar la voz, no vale con quedarse esperando a ver si el toro se arranca. Después de esos dos puyazos, Pinar decidió ponerlo a un tercero de lejos, casi en los medios. ¿Qué sentido tenía? Obviamente el toro no se arrancó. No se confió nada con la muleta el albaceteño, que abrevió.

Estuvo muy bien Iñaki San Juan devolviendo rápidamente al cuarto, otro toro sin fuerzas, a pesar de que no se había protestado tanto. Este presidente es el mejor que tiene Madrid ahora mismo. Ayudó a que se devolviese el destrozo que le hizo el picador Cristian Romero, que también picó fatal al sobrero de Guadajira. Lo de Guadajira no suele salir bueno y este sobrero tampoco, muy serio, pero pasado de romana y de edad, un tren de casi seis años. De salida tuvo comportamientos de corraleado, provocando que Rubén Pinar tuviera que tomar el olivo. Se afianzó después, pero estaba totalmente aplomado, incapaz de mover sus kilos. Rubén Pinar quedó inédito.

Plaza de toros de Las Ventas (9082 espectadores). Toros de Juan Luis Fraile, bien presentados. De trapío imponente, con más cara que caja alguno de ellos. Fueron duros y con malas ideas. Se revolvían rápido y tiraban derrotes. Se devolvieron por falta de fuerzas al primero y al cuarto. El segundo sobrero fue una mole de Guadajira, sin movilidad.

Rubén Pinar (de grana y oro): silencio en su lote.
Rafael Cerro (de blanco y plata): silencio y ovación.
Raúl Rivera, que confirmaba la alternativa (de catafalco y oro): silencio en ambos.

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