En Colmenar Viejo se celebró la primera corrida de su Feria de Los Remedios de este 2025, fecha en la que se cumplían 40 años de la muerte de Yiyo en este ruedo y cuyo recuerdo estuvo presente tanto con el minuto de silencio como en los brindis al cielo de los tres matadores. Estos fueron Antonio Ferrera, que se llevó una oreja de regalo y pegó un sainete con los aceros en el cuarto; Morenito de Aranda, prácticamente inédito, y Miguel de Pablo, que salió a hombros de la plaza de su tierra, tras levantar una plomiza tarde con el sexto, al que le pegó grandes naturales de uno en uno. Cortó oreja y oreja, ya que previamente tocado pelo con el tercero tras un estoconazo. La corrida de Rehuelga fue muy desfondada. Hubo un par de toros que hicieron una gran pelea en varas, pero rápidamente se pararon en la muleta.

Saludó con su lacio capote verde Ferrera al primero, una pintura. La corrida fue preciosa de hechuras, pero más bien vacía por dentro. Antonio estuvo despegado y citando con la muleta a gran altura. Además, se pasó muchísimo de faena. Estuvo muy pesado y el toro ya buscaba las tablas cuando el diestro lo quería cuadrar para ejecutar la suerte suprema. En esta ocasión la realizó de un modo clásico. No así en el cuarto, al que cuadró, se dio la vuelta y se fue bien lejos para intentar su ya habitual estocada al paso y, en este caso, al encuentro, ya que Ferrera se detuvo, el toro se arrancó y lo pinchó. A pesar de las protestas de algunos, especialmente de las peñas (que aquí son muy exigentes), repitió el mismo proceso, mas la estocada, bajísima, le hizo guardia.

Ferrera se puso nervioso y se aceleró mucho. Pasó a ser Ferrari. Se obcecó en descabellar de cualquier manera y dio un sainete. A este toro lo había saludado con un lance con el capote al que cuesta llamar verónica, pues fue un trallazo que casi estampa al animal contra las tablas. El precioso cárdeno empujó al caballo de lo lindo, principalmente, con el pitón izquierdo y mostró un comportamiento nobilísimo en la muleta de Ferrera. Fue un carretón. Antonio empezó tanteándolo, y cuando se dio cuenta de su nobleza, se relajó, se puso mucho más vertical y se lo enroscó en tres o cuatros sensacionales naturales. Después, la faena fue muy desigual, pues pegó algún pase vertical en medio de otros más inclinado y en los que citó con la cadera en vez de con el pecho. No faltó su particular puesta en escena.

Miguel de Pablo hizo lo más destacado del festejo. Estuvo muy firme y asentado con el tercero (con mejor pitón izquierdo que derecho), exponiendo tanto que a punto estuvo de costarle un puntazo, aunque lo que le hizo cortar la oreja fue la gran estocada arriba (perdiendo la muleta) que tuvo un efecto fulminante. A destacar también un gran trincherazo que recetó en el comienzo de la faena y fue un cartel de toros.
El sexto parecía de Victorino por sus hechuras (y también por los colores de la divisa). Fino y veleto.

Salió con muchos pies y Miguel de Pablo lo recibió con dos largas cambiadas de rodillas de las que el de Rehuelga salió suelto. Lo sujetó a la verónica. Con la muleta le hizo una buena faena, aunque con altibajos. Al natural sí que lo cuajó, citando con muchísima pureza, dando siempre el pecho, cargando la suerte y sin apenas toques. Todo suave y templado. Sin embargo, cuando parecía que la faena estaba ya hecha a falta de otra serie más de naturales, se puso con la diestra. ¿Por qué? Esa serie bajó la intensidad y tuvo que recurrir a un circular que no venía a cuento. Por ello, tuvo que volverse a poner con la zurda para dejar de nuevo el pabellón en lo alto y cortar una oreja de ley.

Morenito de Aranda está echando una buena temporada, pero hoy apenas pudimos verlo con un lote sin entrega ninguna en su muleta. Sí se entregó y se empleó mucho el segundo en el caballo. Se arrancó presto y de largo al primer puyazo, descabalgando al picador y estando al límite de derribar. Hizo una pelea espectacular. En el segundo comenzó empujando de verdad de nuevo, esta vez solo con el pitón izquierdo, aunque acabó embistiendo con todo. Morenito nos privó de un tercer puyazo que habría sido una maravilla. Al fin y al cabo, el toro se aplomó igualmente en la muleta del burgalés.

El quinto, un toro muy serio, destrozó las tablas, pero no salió al callejón. Jesús anduvo fácil con el capote. Con la muleta no pudo hacer nada, ya que el toro no embestía, solo pasaba por allí desentendido y con la cara arriba. Sin querer coger las telas. Le faltó bravura.

Plaza de toros de Colmenar Viejo (un cuarto de plaza). Toros de Rehuelga, serios y muy bonitos. Desiguales de hechuras, pero muy bien presentados. Destacó la pelea en varas del cuarto y, en especial, del segundo. El cuarto se dejó con gran nobleza. El sexto fue el mejor en la muleta. El resto fueron parados y no tuvieron entrega. Les faltó humillación.
- Antonio Ferrera (de blanco y oro con pájaros verdes en el bordado): oreja y silencio tras dos avisos.
- Morenito de Aranda (de lila y azabache): silencio y silencio tras aviso.
- Miguel de Pablo (de celeste y azabache): oreja en ambos.


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