PÉSIMA CORRIDA DE DOMINGO HERNÁNDEZ EN MADRID

Domingo Hernández lidió hoy en Madrid su primera corrida de toros completa tras la separación con Garcigrande (que viene en la Corrida de la Hispanidad). Y lo hizo con una corrida para no volver a la capital en varios años. ¡Qué petardo! La corrida tuvo todo lo malo: mansa, descastada, sin fuerzas… hasta inválida. Daba la sensación de ser una corrida enferma o de venir de una ganadería podrida. Y no creo que sea el caso de esto segundo (o eso espero).


Abrió plaza el primero de los inválidos. Un toro con tan poca fuerza que ya desde el comienzo se vio que no pasaba. Muy parado. Nada pudo hacer con él Jarocho, con el que confirmó la alternativa.

Tras un pinchazo, el toro se echó y fue apuntillado, lo mismo exactamente que le ocurrió con el sexto. Por lo tanto, podemos decir que Jarocho ha confirmado la alternativa sin matar. Fueron toros que prácticamente se murieron solos (de ahí que diga lo de que, tal vez, fuese una corrida enferma), porque realmente estaban muertos en vida. El desclasado sexto, vino a confirmar la pésima corrida de Domingo Hernández. Jarocho, con la montera calada, trató sin suerte de hacer faena. No obstante, no puede faltar en el próximo San Isidro. Conviene recordar su Puerta Grande de novillero.


El segundo fue otro inválido, que fue devuelto. Florito tuvo que trabajar en la feria de su retirada, como siempre con asombrosa eficacia. El sobrero que salió fue impresentable para Madrid. Un toro anovillado, sin ningún trapío. Se le protestó, lógicamente, de salida. También cuando comenzó a doblar las manos, al igual que los dos anteriores. Este no fue devuelto (en parte por la buena lidia de Javier Ambel), pero debió ver también el pañuelo verde.
Alejandro Talavante hizo lo correcto abreviando.
Sin embargo, estuvo mal con el cuarto, un colorado ojo de perdiz, que en esta casa es sinónimo de éxito. No fue un toro de triunfo, pero sí el mejor (el menos malo) del horrible sexteto. No lo aprovechó Talavante, que mostró su versión 2.0 (la de después de la reaparición en 2022), de la que ya no parece que vaya a salir nunca. Se dedicó a hilvanar pases sin sentimiento y con menor ceñimiento, pasándose el toro muy lejos. Tanto fue así que en uno de los primeros naturales el animal se le coló, debido a que le vio dado el enorme hueco entre la muleta y el cuerpo del pacense. Aburrió al personal.


Pablo Aguado llegaba a Madrid en uno de los mejores momentos de su irregular carrera, pero no se pudo ver dicho momento por la condición de sus oponentes. Al mansísimo tercero consiguió ligarle tres o cuatro buenas verónicas antes de que este se volviese a ir suelto. Hubo un trincherazo de cartel de toros en el prólogo de su faena de muleta y hasta ahí su actuación. Madrid le esperaba, aunque se le censuró con timidez cuando citó fuera de sitio y con el pico, mas no eran toros que mereciesen hacer un esfuerzo, porque no había nada que sacar de ellos.



Plaza de toros de Las Ventas (22.462 espectadores). Toros de Domingo Hernández, bien presentados a excepción del anovillado sobrero. Se dejó el cuarto. Sin fuerzas e imposibles primero, segundo (devuelto) y segundo bis. Manso el tercero. Sin opciones tampoco el quinto y el sexto. Malísima corrida.

Alejandro Talavante (de nazareno y oro): silencio en ambos.
Pablo Aguado (de buganvilla y oro): silencio en su lote.
Jarocho, que confirmaba la alternativa (de corinto y oro): silencio y silencio.

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