Nos hemos acostumbrado, lamentablemente, a que en las corridas denominadas «de arte», falle la materia prima, falle el toro. Cuando se anuncian toreros juntos del corte de Diego Urdiales, Juan Ortega o Pablo Aguado (hasta ahora también Morante), suele fallar el toro (Uceda Leal es más clásico que artista, mientras que los otros son clásicos y artistas).

Hoy, en un festival, con novillos a modo, también han fallado estos. Ya antes de comenzar, los toreros llamaban mucho la atención, pero no así las ganaderías, a pesar de que en esta ocasión no estaba Juan Pedro, ni El Pilar de por medio. Zalduendo y José Vázquez, por ejemplo, están en un momento muy malo (y han echado los mejores novillos), Macandro y La Purísima eran prácticamente una incógnita y de Algarra se esperaba más.

Abrió plaza el novillo de Macandro, muy terciado y falto de fuerzas, lo que imposibilitó el lucimiento del madrileño Uceda Leal, que solo pudo dejar destellos de su torería. En esta ocasión, pinchó.

El segundo fue un buen novillo de Zalduendo. Tuvo mucha repetición, lo que aprovechó Diego Urdiales para torear en redondo. También al natural logró la ligazón, codilleando para rematar detrás, dejándose al novillo cerca de su cuerpo, como hiciese en verano en Bilbao, aunque aquel día con mucho mayor mérito por el toro que sale en esa plaza. La pena fue que la espada se le fue bajísima, haciendo guardia a pesar de ser un metisaca. Estuvo muy hábil el riojano al no dejarla. Al segundo intento mató arriba y cortó una oreja.

Otra, de poquito peso (todas tuvieron poco peso), cortó Juan Ortega al tercero bis. El titular tenía más caja y el sevillano lo saludó con un farol de rodillas, pero se descoordinó poco después. Al sobrero también lo recibió de hinojos un arrebatado Ortega, en este caso a la verónica. Sin embargo, tras dar la primera el novillo salió suelto, por lo que las siguientes ya fueron de pie. Templado. Fue otro novillo de escasa fuerza y poco poder, por lo que Juan Ortega tuvo que tirar de suavidad, hasta lograr una buena serie de derechazos. Muy puros los naturales posteriores, dando el pecho siempre, aunque la faena nunca llegó a tomar vuelo.

Pablo Aguado también saludó de rodillas a su novillo, otro más muy medido de fuerzas (este de Algarra). Ya en pie le dio unas verónicas sin apenas sacar los brazos y con muchísima suavidad.

Gran quite por tafalleras, las últimas, en redondo, se convirtieron prácticamente en cordobinas.
Firmó una sensacional trincherilla en el inicio de faena, con enorme naturalidad tras torear rodilla en tierra.
Debido a la poca humillación del animal, Aguado lo toreó a media altura en una faena de enfermero.

Aitor Fernández tuvo un novillo desclasado y brusco de José Vázquez, con tendencia a soltar el tornillazo al final del muletazo. Dio muchos pases, pero pocos buenos, sin terminar vaciarlos. Además, se atascó mucho con los aceros.
Mejor imagen dio el otro novillero local, Álvaro Chinchón, quien ya lució a la verónica, muy coreadas todas ellas por sus vecinos. Toreó con la muleta bien por ambos pitones, ligando un pase tras otro sin retorcerse, pero no mató bien.
Y tras el festival se celebró la final mano a mano de aficionados prácticos, con un eral de José Vázquez para el colombiano Juan Sebastián Roldán y otro para Óscar Anaya. Bonito gesto de Pablo Aguado que se quedó a verlo (al menos, el primero) junto con su cuadrilla y dio consejos.

El primero de los erales fue manso, pero estuvo muy bien Juan Sebastián Roldán dejándole la muleta puesta en la cara. Se lo pasó lejos, pero toreó con cierta naturalidad. No se le puede pedir más a un aficionado práctico, aunque no pudo matarlo dignamente. Se tiró bien, sin pegar el telonazo, pero solo pudo dejar un pinchazo hondo antes de eternizarse con el descabello.
Óscar Anaya mostró más oficio que Roldán. Aunque en alguna ocasión echó la pierna atrás, se le vio muy suelto con el novillo, aunque torea de forma mucho más mecánica que Juan Sebastián; tiene menos gusto. Tras dos pinchazos, pudo dar muerte al eral.
Faltó que dijesen quién era el ganador.
Plaza de toros de Chinchón (lleno de «No hay billetes», con mala organización al no ser asientos numerados). Novillos de Macandro, Zalduendo, La Purísima, Algarra y José Vázquez (los dos últimos). Destacó el de Zalduendo y el último de los de José Vázquez, aunque sin terminar de humillar. El resto, con muy poca fuerza. Brusco el primero de José Vázquez.
– Uceda Leal: ovación.
– Diego Urdiales: oreja.
– Juan Ortega: oreja.
– Pablo Aguado: oreja.
– Aitor Fernández: ovación.
– Álvaro Chinchón: vuelta al ruedo.

* Tras el festival se celebró la final de aficionados prácticos con dos erales de José Vázquez (manso el primero; mejor el segundo).
– Juan Sebastián Roldán: silencio.
– Óscar Anaya: silencio.


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