Cerró este gran Alfarero de Oro la «novillada» de Cuadri. En Villaseca no dan puntada sin hilo y hasta en esto han acertado, en el orden en el que poner las novilladas. Las dos más serias, las dos últimas. Especialmente, esta que ha cerrado la feria de Cuadri.

Después de ver a estos novillos con apariencia de torazos, otros como los de Baltasar Ibán habrían sido muy protestados de salida. Precisamente, a Baltasar Ibán le habría dado yo el premio a la mejor novillada, que se lo han dado a Conde de Mayalde, al igual que el premio al mejor novillo, que yo habría otorgado al cuarto de Ana Romero. En lo que no había dudas es en que tanto el Alfarero como la mejor faena iban a recaer en Tomás Bastos, aunque queda la duda de qué faena es la que se ha premiado, si la del tercero o la del sexto.
Tras este comentario inicial, procedamos ya a analizar esta novillada. Jesús de la Calzada toreó templado pero muy retorcido y abusando del pico. Estuvo fatal con la espada, como también Kevin Alcolado, que no fue capaz de dar muerte a uno de los tres novillos que tuvo que lidiar por la grave cogida a Joao D’Alva, que estuvo valiente.
Abrió plaza un utrero con muchísima caja de Cuadri, muy en el tipo de la ganadería. Se le recibió con una gran ovación.

Joao D’Alva lo banderilleó sin acierto, ya que el toro estaba emplazado. Siempre se ha dicho que lo de Cuadri es (junto con Garcigrande) lo más complicado de banderillear. Fue un toro muy parado también en la muleta, por lo que tuvo que tirar del arrimón final para calentar al tendido, con el cuadri sin descolgar nada la cabeza.

Ya cuando iba a rematar su faena fue cogido por la parte baja de la espalda, quedando prendido del pitón durante unos largos instantes. Se vio rápido la sangre que le salía. La cornada fue grave, pero limpia. Se hizo cargo de la muerte del novillo Jesús de la Calzada, que pasó un quinario. Se atascó muchísimo tanto con la espada como con el descabello y a punto estuvo de escuchar los tres avisos. Se quedaron en dos.
También estuvo pésimo en la suerte suprema con el quinto, a pesar de que se perfiló en corto y por derecho. Degolló al novillo, que podría pesar casi 600 kilos (y no fue el único). Por la categoría de la plaza no se indica el peso de los novillos en la tablilla, pero debió ser muy exagerado. De otro encaste diríamos que estaban atacados de kilos, pero ya sabemos que lo de Cuadri es así.

Este fue un novillo aplaudido en el arrastre. Mereció más. Se le lidió fatal; parecía una capea. El picador, como la mayoría de ellos, picó mucho y mal y en banderillas le entró la psicosis a la cuadrilla. Los banderilleros miraron demasiado el hierro. Ninguno fue fácil de banderillear, pero la predisposición de muchos de ellos ya era ir a dejar un solo palo en cada pasada. Así no se puede. Los aficionados les contaron los garapullos que había por el suelo.
La faena de Jesús de la Calzada parecía que podía romper hacia delante, pero un inoportuno desarme lo estropeó.
Al que hizo de tercero tras el cambio de orden por la cogida del novillero portugués le realizó un inicio de faena muy torero, con gusto. Hubo un gran cambio de mano seguido del pase de pecho a la hombrera contraria. Toreó con mucho temple, conduciendo las embestidas despacio. Sin embargo, aunque el trazo del muletazo fue bueno, el cite era horroroso, inclinado y ofreciendo el pico. Parecía que le iba a sacar un ojo al novillo.

Fue este el cuadri más toreable. Se tiró encima a matarlo tras el mitin con el primero, pero no sabe matar y la estocada fue desprendida y no bastó por sí sola.

Otro que anda igual de mal con la espada es Kevin Alcolado. Realmente, está muy verde en todo. El tercer novillo, muy astifino y con gran longitud de pitón, se llamaba «ole-ole», pero en vez de oles lo que tuvo que escuchar Alcolado fue los tres avisos. Ya se perfilaba fuera de sitio para realizar la suerte suprema y, además, entraba pegando el telonazo, tapando la cara del animal con el brazo estirado. No se puede ser más ventajista. También lo es toreando, porque a pesar de que se pone vertical, se los pasa lejísimos. También cita con el pico y mantiene la distancia de seguridad.

Intrascendente todo lo que le hizo al sexto, otro novillo cuajadísimo, con un gran volumen, al que habría estado bien ver si se le hubiesen hecho las cosas a favor, en vez de lidiarlo tan mal. No obstante, los cuadris fueron muy aplomados. Se esperaba más de ellos, aunque fueron novillos que vendieron muy cara su vida y mostraron inteligencia. Difíciles para el toreo moderno, pero los novilleros actuales no tienen recursos para realizar otro tipo de lidia.

Plaza de toros de Villaseca de La Sagra (más de dos tercios de plaza). Novillos de Cuadri con apariencia de toro la mayoría de ellos. Con mucha caja y en el tipo de la ganadería. Fueron muy parados y tuvieron sentido. Dura novillada.
– Joao D’Alva (de frambuesa y oro): herido.
– Jesús de la Calzada (de azul cielo y oro): silencio tras dos avisos en el que mató por Joao D’Alva, ovación tras aviso y pitos.
– Kevin Alcolado (de rosa palo y oro): silencio, pitos tras tres avisos y silencio tras aviso en el que mató por Joao D’Alva.


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